Ron Burton, de trato agradable y directo, posee una disposición natural para hacer sentir cómoda a la gente. Sin embargo, el carácter afable del nuevo presidente de Rotary International no implica que no se tome en serio su trabajo.
“Si quieres que te dé mi opinión, seguro que te la voy a dar”, afirma Burton, y su rostro adquiere un tono más serio. “Cuando estoy convencido de algo, defiendo mi posición con denuedo. En cierta medida, es una cuestión de amor propio, pero si me doy cuenta de que a una persona la motivan intereses creados o busca alguna ventaja económica, mi sugerencia es muy sencilla: Aplicar la Prueba Cuádruple”.
Seguramente, la única cualidad personal que proclame el ex presidente de la University of Oklahoma Foundation Inc. es su inquebrantable sentido de ética. “Como todo el mundo, no me gusta que me contradigan, pero no tengo ningún problema en cambiar de parecer, si me convencen de que un problema puede solucionarse desde una perspectiva distinta”, indica. Sin embargo, si se trata de un asunto de ética y sé que estoy en lo cierto, nadie me va a convencer de lo contrario. En repetidas ocasiones he lidiado con gente que literalmente me pedía que obviara situaciones de malversación de fondos, pero mi respuesta siempre fue un enfático: “Yo no voy a parar en la cárcel por ti ni por nadie’”.
Según Burton, sus éxitos profesionales se deben a estar “en el lugar adecuado, en el momento preciso”. A los 13 años, vivía en el pueblo de Duncan, Oklahoma y se le presentó la ocasión de trabajar por su cuenta. “En aquella época, repartir periódicos era un verdadero negocio”, añade. “Comprabas los periódicos, bandas elásticas y una bolsa, y también tenías que esperar que lleguen los periódicos, enrollarlos, distribuirlos, cobrar a los clientes y pagar los gastos. El resto era tuyo”.
Años después, cuando estudiaba en la University of Oklahoma a finales de los 60, Burton trabajaba media jornada en la oficina de contabilidad. Tras su graduación y posterior traslado a la Facultad de Derecho, lo contrataron para sustituir a un amigo que había sido reclutado por las Fuerzas Armadas. (Burton hizo el programa militar para universitarios y prestó servicio en la Guardia Nacional.)
“Terminé siendo el segundo contador de la University of Oklahoma apenas una semana después de egresar”, recuerda. Siguió en el mismo puesto durante su primer año de estudios de abogacía pero al poco tiempo lo recomendaron para reemplazar al tesorero saliente de la University of Oklahoma Foundation. “Cuando me gradué, mi jefe, ex gobernador de nuestro distrito, me pidió que me quedara, con la idea de que bien podría ser yo su sucesor para cuando se jubilara. Y fue así, asumí el cargo en 1978 y me jubilé en 2007. Así ha sido mi trayectoria en Oklahoma, verdaderamente de película”.
En cuanto a su relación con Jetta, al principio Burton estaba en el lugar adecuado pero no exactamente en el momento preciso. Ambos pertenecían a la generación de los baby boomers, nacieron el mismo año (aunque Ron llegó al mundo tres meses antes) y en el mismo hospital, donde se veían obligados a utilizar gavetas en vez de cunas, por la cantidad de nacimientos. Se conocieron cuando cursaban estudios secundarios y ambos eran músicos de la banda estudiantil. Burton estaba en el penúltimo año y tocaba el trombón; Jetta estaba en segundo y su instrumento era el fagot. Su primera cita fue el 18 de septiembre de 1962 y se casaron durante sus estudios universitarios.
Después de 45 años de casados, una hija, un hijo y tres nietos, Burton insiste en que la vida que han compartido ha sido una verdadera sociedad, especialmente en lo que se refiere a Rotary.
“Jetta es mi mejor crítico”, afirma Burton, socio del Club Rotario de Norman. “Es franca y directa conmigo, por eso siempre busco su opinión ya sea sobre una presentación que haga o cualquier otra cosa. Siempre estuvo conmigo, desde los Seminarios de capacitación para presidentes electos de club a las Asambleas y Conferencias de distrito. Sin su apoyo no estaría donde estoy”.
Para Burton, el papel de la familia de Rotary es uno de los principios fundamentales. “Más allá de las relaciones públicas”, indica, “la familia de Rotary representa la propia familia. Al sentirse respaldado por los seres queridos, uno se dedica de lleno y se proyecta hacia el mundo. Eso es la familia de Rotary. Eso es el servicio en la comunidad”.
Durante su trayectoria en Rotary, especialmente durante este último año de tantos viajes y trato con tantos rotarios, Burton ha profundizado su percepción de la diversidad y el creciente potencial de Rotary. “Al hablar con los rotarios me he vuelto más tolerante con quienes tienen opiniones distintas”, expresa. “Aprendes que las cosas se pueden hacer de distintas maneras y que las diferencias culturales e individuales deben tenerse en cuenta, pero a la vez hay principios básicos comunes a todos. Quisiera creer que en cuanto a integridad no hay diferencias regionales en la organización, aunque me parece que tenemos que mejorar en ese aspecto”.
Burton sostiene su opinión sobre la relación entre Rotary International y los rotarios. “Rotary International no es más que la asociación de los clubes rotarios, y el papel de la Secretaría es prestar servicio a los clubes”, añade. “La función de Rotary International es brindar apoyo a los clubes, pero los rotarios son quienes realizan las obras La Secretaría es sagrada y debe respetarse, al igual que la oficina del presidente. Nuestra tarea es ser agente de inspiración para los líderes sénior y asistir a los clubes y distritos para que realicen su labor, pero Rotary International no es un fin en sí mismo”.
Burton manifiesta gran entusiasmo cuando se refiere a la iniciativa conocida como la “primera promoción”, que persigue que todos los líderes rotarios para 2013-2014, ya sean gobernadores de distrito o presidentes de club, efectúen una contribución a La Fundación Rotaria. “Ya hemos recaudado US$ 3,4 millones, y hasta el momento solo han cumplido la meta 7.806 presidentes”, señala. “Y por primera vez en la historia, ya han contribuido todos los gobernadores”.
Su habilidad para captar fondos fue una de las características más destacadas de la labor de Burton durante sus tres décadas al servicio de la University of Oklahoma Foundation, período en el cual el activo de dicha institución aumentó de US$17,5 a US$ 890 millones. Pero el nuevo presidente se enorgullece más de otras cosas.
“Tengo dos motivos para sentirme orgulloso”, indica. “Uno de ellos es que jamás faltó un centavo y siempre rendí cuentas de todo. Y el otro es que, con las excepciones lógicas del caso, cinco años después de haberme jubilado, todos los empleados que trabajaban para mí siguen trabajando en la entidad, y eso demuestra que debo haber hecho bien las cosas”.
Aunque es difícil que su estilo de liderazgo cambie sustancialmente, Burton, ávido lector de biografías de presidentes estadounidenses, cree que su experiencia de trabajo conjunto con varios ex presidentes de Rotary, lo ayudará a perfeccionar su enfoque.
“Todos han sido importantes, pero siempre recuerdo especialmente a algunos de ellos”, afirma. “Bill Boyd influyó mucho en mí. Es un magnífico comunicador. Gracias a Carlo Ravizza aprendí el valor de la tolerancia. Jim Lacy conducía muy bien las reuniones, con un enfoque serio y profesional. Con su estilo amable y a la vez firme, Jon Majiyagbe ha sido un ejemplo digno de seguirse. Y si hablamos de Frank Devlyn, te digo lo siguiente: Si no te cae bien Frank Devlyn, no me caes bien. Así de simple”.
Entre las mejores cualidades de Ron, están la de percibir y expresar las cosas de manera sencilla y directa. “Me encantaría que los estadounidenses viajasen a uno de los países pobres en que los que los rotarios hacen tantos proyectos de servicios, para que se diesen cuenta de lo afortunados que somos en esta nación”.
Burton es consciente de su suerte. “He sido afortunado en la vida”, afirma. “Crecí en un hogar sólido y funcional, y no me cabe duda que la prosperidad también acompaña a mis hijos y nietos. Naturalmente, uno se preocupa por un motivo u otro y desea lo mejor para su familia, pero dentro de todo, Rotary me brinda la oportunidad de mejorar el mundo y tender una mano a seres humanos menos afortunados. Tengo la suerte de ayudar a mis nietos y también a los nietos de los demás”.
Al reflexionar sobre este año de servicio, Burton medirá su éxito, con la esperanza de que la organización este mejor preparada que al comienzo de su mandato